La Responsabilidad Como Padres Ante el Pecado de Nuestros Hijos
PADRESPECADOBIBLIA
Existe una idea generalizada en la mayoría de los padres, que dice: "Mi hijo ya es adulto, no es mi responsabilidad", esta afirmación es cierta, pero solamente aplica en lo que respecta a las consecuencias legales de sus acciones; pero, en el ámbito espiritual como guías y maestros espirituales de sus vidas, debemos comprender que, jamás termina nuestra responsabilidad para llamar la atención, apercibir, exhortar y repudiar las abominaciones.
Es normal pensar que solo tenemos autoridad para corregir a nuestros hijos cuando son niños, pero en esto estamos equivocados, ya que la responsalidad, autoridad y sacerdocio es para toda la vida.
Misión de los padres: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre.” Salmos 127:3, en algún momento, todos hemos fantaseado con recibir una herencia, pero ¿qué haríamos con la herencia que recibimos?
Acaso alguien pensaría en malgastar la herencia, perderla, echarla a que sea destruida por el lodo, o tal vez pensamos en que desaparezca, en realidad nadie piensa en destruir la herencia que recibe.
En los tiempos bíblicos, las herencias eran atesoradas, protegidas, cuidadas y honradas con la vida, un ejemplo de eso lo encontramos en 1 de Reyes 21:3 “Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.”; aquí podemos ver que una herencia no era tomada para desprenderse de ella, sino que hasta el último día de vida se protegía.
Exactamente igual es la misión espiritual de los padres, no termina cuando sus hijos son adultos, tienen su hogar y se vuelven “independientes”, sino que allí comienza el reto de procurar que la siembra produzca buenos frutos, por que, nadie siembra un campo y cuando el árbol creció lo abandona en la maleza, sino que alli comienza a cuidar que se produzca buenos y abundantes frutos.
Propósito de los padres: Los padres son sacerdotes de su casa, en ese sentido, son guías espirituales, exhortadores y sancionadores, tal como los sacerdotes del tabernáculo de Dios, y este propósito no acaba cuando se vuelven independientes, sino que, continúa hasta el último de sus días.
Es imperante que los padres, continúen velando por la vida espiritual de sus hijos, para que sus nietos, tengan buenos ejemplos, además, la palabra de Dios siempre puso a los ancianos, esto es, al patriarca mas antiguo como lider, responsable y representante de todo lo que hacen sus hijos (aún cuando ya tenían una familia formada) tenemos muchos ejemplos: Jacob, Noe, Abraham, Isaac, Noemi, Elí, Isaí.
Responsabilidad de los padres ante el pecado de los hijos.
Aunque la biblia dice que el pecado del padre no lo pagará el hijo y viceversa, esto se aplica solo a las consecuencias del pecado, es decir: Si un hijo peca, la paga del pecado la recibe el mismo hijo, igual sucede si un padre o madre peca.
Pero ¿Cuál es la responsabilidad de los padres frente al pecado de los hijos?; la responsabilidad es la de corrección, exhortación y dirección.
Dios no deja de lado esta responsabilidad, tanto así que en los tiempos de Samuel, demostró que la apatía de los padres ante el pecado de sus hijos, incluso el silencio ante sus actos abominables, Dios los castigaba con mano dura sin importar cuan consagrado sea el padre, un ejemplo lo tenemos en el Sacerdote Elí, cuyos hijos hacían lo malo delante de Dios y vivían en promiscuidad y abominación, él solo le hizo un llamado de atención verbal y nada más, pero no impuso su autoridad de padre, no los reprendió con firmeza y tampoco los sancionó como debía, ya que siendo el sumo sacerdote, su autoridad no podía hacerse de la vista gorda con sus hijos. Por esta razón, Jehová lo cortó junto con sus hijos:
“Tú le das mas importancia a tus hijos que a mí.” 1 Samuel 2:29 TLA
“He aquí vienen días, en que cortaré tu brazo, y el brazo de la casa de tu padre, que no haya viejo en tu casa” 1 Samuel 2:31 RV60
Un varón de Dios vino a Elí con palabra de Dios y le dijo que por haber considerado más a sus hijos que a Dios, los cortaría y así sucedió, el mismo día que murieron en batalla los hijos de Eli, éste murió al recibir la noticia (1 Samuel 4:18 RV60), aqui Dios demostraba que un padre es responsable de reprender con autoridad a sus hijos ante el pecado, a pesar de que ellos sean adultos, y que no hacerlo es causa de que Dios nos pida rendir cuentas.
A partir de la venida de Cristo a la tierra, la muerte espiritual es la paga por la apatía de los padres ante el pecado de los hijos, incluso Pablo nos deja recomendaciones respecto a este rol, en Efesios 6:4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”; aquí muchos confundimos el “no provoquéis a ira”, con solapar, consentir y ser permisivos, incluso muchos padres alegan: “Dios hará la obra” como una excusa para callar ante las abominaciones de los hijos, pero la palabra de Dios nos dice:
“La fe sin obra es muerta” Santiago 2:14
Es decir que, aunque es nuestra obligación orar por nuestros hijos en cualquier etapa de su vida, esto nos dice que debemos callar ante lo que hacen mal nuestros hijos adultos, también es nuestra responsabilidad obrar con exhortación y disciplina, diciendo la verdad, no podemos volvernos cómplices silenciosos de sus pecados.
Cuando Jesús nos habló sobre la parábola de los 10 talentos, no solo se refería a dones espirituales, sino a la herencia recibida por Dios, y nuestros hijos son parte de esos talentos, de los cuales somos responsables de que produzcan buenos frutos. Mateo 25:14-30
Si usted es un padre o madre cristiano, tiene una obligación para con Dios de proteger su herencia, ya que nadie deja una moneda preciosa corroerse, sino que la pule hasta que brille, ni la entierra porque la puede perder, entonces, como hijos de Dios, nuestra responsabilidad es mayor ante los pecados de nuestros hijos.
Conclusión. -
Los hijos de Elí ya eran adultos y sacerdotes que ministraban en el templo, lo que demuestra que para Dios nuestro rol como padres no termina con la mayoría de edad. Orar no es todo en el rol del cristiano, también hay que predicar, exhortar y disciplinar, por lo tanto, aunque hay que evitar ira en los hijos, hay que constantemente exhortarlos, haciéndoles ver su pecado, dejándoles claro que sus pasos no son los correctos y reprendiéndoles en el nombre de Jesús.
El silencio nos hace cómplices del pecado de nuestros hijos, y nos vuelve en malos administradores de la herencia que Dios nos dio, y de esto también se nos pedirá cuenta.